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La última semana fue bastante prolífica para el presidente Gustavo Petro. Por lo que se vio, las críticas que recibió su propuesta de convocar una asamblea constituyente excitaron su locuacidad. Durante la jornada de Gobierno con el Pueblo “Sur del Caribe por la Vida”, que se llevó a cabo en varios municipios de Córdoba, Sucre y Bolívar, no dejó títere con cabeza. Como fiera herida repartió “mordiscos” a diestra y siniestra, y alcanzó para todos.

Es cierto que el presidente es jefe de Estado, jefe de gobierno, suprema autoridad administrativa y comandante supremo de las fuerzas armadas, cualidades que, cuando le conviene, son del completo agrado de Petro; pero esas condiciones no le restan importancia al hecho de que también simboliza la unidad nacional, algo que el presidente se le olvida con bastante frecuencia. Como también suele olvidársele que cuando se posesionó, como debe hacerlo todo servidor del Estado, juró cumplir la Constitución y la ley, y garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos, de los que lo apoyaron y de los que no, sin distingos de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.

Las voces de rechazo a la posibilidad de convocar una asamblea constituyente han sido unánimes; y el presidente, en lugar de admitir que ese no es el camino, aviva la discusión con un agresivo discurso que en últimas solo sirve para desviar la atención de las cosas realmente importantes. Se volvió experto en lanzar cortinas de humo. Esas que tanto criticó en el pasado, y lo hace para generar confusión. Como están las cosas estamos cayendo en la trampa.

La desbordada, provocadora y milimétrica agresividad argumentativa del presidente contrasta con la actitud conciliadora y serena que se le vio a su ministro del interior a comienzos de semana en el Congreso de la República. El ministro, contrario a lo que piensa el presidente, cree que aún es posible lograr los consensos necesarios para que el gobierno saque adelante sus reformas. El presidente debería escucharlo con mayor frecuencia. El ministro sabe cómo funciona el sistema, y el diablo, dicen, sabe más por viejo que por diablo.

Al margen. La situación del presidente de la Asamblea de Santander era insostenible. La renuncia a la dignidad de la mesa directiva y a la curul de diputado era lo menos que la sociedad entera esperaba que hiciera.

QOSHE - Se desató - Manuel De Jesús Rodríguez Angarita
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Se desató

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27.03.2024

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La última semana fue bastante prolífica para el presidente Gustavo Petro. Por lo que se vio, las críticas que recibió su propuesta de convocar una asamblea constituyente excitaron su locuacidad. Durante la jornada de Gobierno con el Pueblo “Sur del Caribe por la Vida”, que se llevó a cabo en varios municipios de Córdoba, Sucre y Bolívar, no dejó títere con cabeza. Como fiera herida repartió “mordiscos” a diestra y siniestra, y alcanzó para todos.

Es cierto que el presidente es jefe de Estado, jefe de gobierno, suprema autoridad administrativa y comandante supremo de las........

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