Todo parece indicar que cada vez que se trata de elegir personero en el municipio de Floridablanca, la actuación del concejo de esa ciudad es sinónimo de escándalos, torcidos, falsedades y corrupción. Los cabildantes de la mayoría acomodan el concurso a su antojo para proteger a su candidato sin importarles la violación de la ley.

Así sucedió hace ocho años con la elección de Robiel Barbosa Otálora, en donde descaradamente el concejo de entonces le arrebató la nominación a Luis José Escamilla Moreno, quien por méritos siempre estuvo encabezando los puntajes. Luego del escándalo y de acciones judiciales, se declaró la nulidad de la elección de Barbosa y se hizo justicia con Escamilla.

Es más, con ocasión de esas tramoyas de los concejales de la época se inició una investigación en la Fiscalía, logrando la acusación de los cabildantes involucrados, incluido el hoy alcalde del municipio. Y aunque se esperan los resultados del juicio penal, la lentitud de la justicia ha sido una constante en ese caso.

Ahora, recientemente todo fue irregular y bochornoso en el concejo con la elección del abogado Mario Barragán Pachón como personero de Floridablanca. La convocatoria del concurso público de méritos estuvo plagada de irregularidades e ilicitudes, tanto así que un juez administrativo ya ordenó la suspensión de esa convocatoria.

La más grave de todas esas anomalías es la contratación que hizo la mesa directiva del concejo con la Universidad Popular del Cesar, en junio de 2023, para realizar el concurso de méritos y sacar adelante el proceso de selección del nuevo personero municipal. Esa universidad, según su propio rector, no es idónea para realizar esa clase de concursos, entre otras razones porque ese claustro universitario “no tiene constituido ni aprobado un reglamento, banco de preguntas o un protocolo de seguridad para adelantar concursos públicos de méritos”.

Es evidente que esa contratación realizada por el anterior concejo de Floridablanca es una contratación irregular, tramposa y además delictiva. Alguien en el concejo y alguien en la universidad se unieron para darle apariencia de legalidad a ese contrato y simular que se había realizado limpiamente un concurso de méritos. Y ese turbio concurso sirvió a los concejales actuales para la elección de Barragán.

Absurdos esos actos de los cabildantes de un municipio como Floridablanca. Sin duda, campea por allá el favoritismo y la manguala. ¡Inaudito!