El conflicto entre Israel y Palestina ha sido una fuente constante de violencia y sufrimiento durante décadas, y durante los últimos meses se ha agravado y encrudecido. En medio de este escenario desolador, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha mantenido un papel protagónico, pero lamentablemente su actuación ha dejado mucho que desear.

Desde su fundación, la ONU ha expresado repetidamente su compromiso con la búsqueda de una solución pacífica y duradera al conflicto en Medio Oriente. Sin embargo, las resoluciones y declaraciones de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad han sido en gran medida palabras vacías, incapaces de traducirse en acciones concretas sobre el terreno.

La inoperancia de la ONU en este conflicto se evidencia en múltiples aspectos. Su incapacidad (o ausencia de deseo real) para garantizar el cumplimiento de las resoluciones existentes, es evidente. Por ejemplo, se ha repudiado la construcción de asentamientos ilegales por parte de Israel en territorios palestinos ocupados, pero a pesar de ello, la expansión de los asentamientos continúa, exacerbando las tensiones y socavando cualquier posibilidad de paz.

Además, la falta de voluntad política de los Estados miembros para hacer cumplir las resoluciones de la ONU, ha perpetuado la impunidad y ha dejado a todos (israelíes y palestinos) desprotegidos ante las violaciones sistemáticas de sus derechos humanos. La retórica diplomática ha prevalecido sobre la acción efectiva, permitiendo que el conflicto persista indefinidamente.

Es hora de que la ONU pase de las palabras a los hechos en el conflicto entre Israel y Palestina. Esto implica tomar medidas concretas, como imponer sanciones económicas y diplomáticas contra Israel hasta que cumpla con el derecho internacional, o aunar esfuerzos para derrotar de una vez por todas al grupo Hamás. Es vital garantizar la protección de los derechos humanos de los ciudadanos y respaldar seriamente los esfuerzos de mediación para lograr una solución justa y duradera.

En última instancia, la credibilidad y la relevancia de la ONU como foro internacional para la paz y la seguridad están en juego en Medio Oriente. Si la organización no puede cumplir su mandato de proteger a los más vulnerables y promover la justicia y la igualdad, ¿qué esperanza queda para un mundo más seguro y justo?

QOSHE - Opinion Más retórica que acción - Rodrigo Javier Parada
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Opinion Más retórica que acción

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07.03.2024

El conflicto entre Israel y Palestina ha sido una fuente constante de violencia y sufrimiento durante décadas, y durante los últimos meses se ha agravado y encrudecido. En medio de este escenario desolador, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha mantenido un papel protagónico, pero lamentablemente su actuación ha dejado mucho que desear.

Desde su fundación, la ONU ha expresado repetidamente su compromiso con la búsqueda de una solución pacífica y duradera al conflicto en Medio Oriente. Sin embargo, las resoluciones y declaraciones de la Asamblea General y el Consejo de........

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