El reciente inicio de racionamientos de agua en Bogotá nos invita a reflexionar cómo estamos gestionando este recurso vital y las medidas que como ciudadanos debemos asumir para asegurar su disponibilidad a largo plazo.

En este contexto, podemos afirmar que en Bucaramanga somos afortunados de contar con el suministro de este recurso hídrico hasta el año 2050. Un logro que nos da tranquilidad y que es el resultado de una gestión ejemplar por parte del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (amb) que desde hace más de un siglo ha logrado garantizar el abastecimiento de agua potable y proteger las fuentes naturales.

Disponer de suficiente agua en nuestra ciudad es una verdadera ‘bendición’, pero contar con todos los servicios públicos de calidad y sin interrupciones es todo un privilegio. Es por ello, que debemos valorar y cuidar nuestra ciudad, un lugar donde aún las cosas funcionan de manera óptima.

Los datos oficiales del amb evidencian esta realidad: las tres fuentes hídricas disponibles proveen 10.000 litros por segundo (lps), de los cuales únicamente se están utilizando 2.500 lps, lo que representa una cuarta parte de la capacidad total.

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A esto se suma que nuestro embalse se encuentra al 100% y que existe una reserva considerable que permitiría, en caso de contingencia, brindar el servicio durante cuatro meses, sin necesidad de captar el agua de otras fuentes. En comparación con los embalses en Bogotá, que actualmente tienen un mínimo del 16% para funcionar.

Sin duda alguna, estamos viviendo una situación muy distinta en contraste con otras ciudades del país, pero no podemos permitirnos caer en la complacencia. Las cifras proporcionadas por el amb revelan que mientras en Bucaramanga las pérdidas técnicas se han logrado reducir al 22%, en Cali, Barranquilla, Bogotá y Medellín los desafíos son significativos, dado que sus pérdidas son del 60%, 58%, 38% y 34% respectivamente.

Es evidente que si se logran reducir estas pérdidas se pueden evitar situaciones de racionamiento como la que enfrenta la capital del país, pero la comunidad también cumple un rol importante en la adopción de prácticas de uso responsable y eficiente en sus hogares y lugares de trabajo que permita preservar el líquido vital para las generaciones actuales y futuras.

Cuidar cada gota de agua es una responsabilidad compartida entre las instituciones y los ciudadanos. En un contexto global de grandes retos y crisis de escasez, se requieren acciones concretas para proteger los páramos, reservas naturales y controlar la contaminación.

Desde cerrar la llave mientras nos cepillamos hasta reparar cualquier fuga, son acciones que, aunque sencillas, son clave y pueden marcar la diferencia. Solo a través de esfuerzos conjuntos podemos evitar llegar a un punto crítico.

QOSHE - Agua bendita en Bucaramanga - Victor Castillo
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Agua bendita en Bucaramanga

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13.04.2024

El reciente inicio de racionamientos de agua en Bogotá nos invita a reflexionar cómo estamos gestionando este recurso vital y las medidas que como ciudadanos debemos asumir para asegurar su disponibilidad a largo plazo.

En este contexto, podemos afirmar que en Bucaramanga somos afortunados de contar con el suministro de este recurso hídrico hasta el año 2050. Un logro que nos da tranquilidad y que es el resultado de una gestión ejemplar por parte del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (amb) que desde hace más de un siglo ha logrado garantizar el abastecimiento de agua potable y proteger las fuentes naturales.

Disponer de suficiente agua en nuestra ciudad es una verdadera ‘bendición’,........

© Vanguardia


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