Cuando hace apenas algunas semanas se realizó en este territorio el Festival Municipal de Monitores, se podía apreciar la satisfacción de los maestros y metodólogos presentes, así como la preparación y vocación de los alumnos que fungen como monitores de las diferentes asignaturas.
Y es que si bien son seleccionados según la materia que representa su mayor fortaleza para de ese modo, además de ayudar al profesor durante la clase en la revisión de tareas y otras actividades, apoyar también a sus compañeros no tan ágiles, significan ellos una importante cantera para las futuras generaciones de docentes.
Mas, es otra la ilusión que los atrapa al iniciarse, la de seguir ese hermoso ejemplo de sus maestros y poder estar frente al pizarrón y los pupitres enseñando a sus compañeros; y es esa una fantasía hecha realidad que con el transcurso del tiempo se convierte en la más seria de sus encomiendas escolares.
En Isla de la Juventud, como en otras tantas provincias del país, este movimiento que se extiende por los distintos niveles educativos se consolida al tiempo que se vuelve cada vez más urgente la formación y orientación vocacional de niños y jóvenes hacia las diversas áreas de perfil pedagógico.
Desde la Primaria e incluso hasta la Universidad, se fomenta la integración de los educandos a este movimiento de alumnos ayudantes, quienes tienen un día específico de cada mes para impartir las materias en las cuales ofrecen su ayudantía, y con excelentes resultados.
Sin embargo, hoy, en medio de la carencia de personal docente en los planteles, fundamentalmente en los correspondientes al nivel de Secundaria Básica, resulta compleja la incorporación de estos colegiales al magisterio como profesión, entre otras causas por la insuficiente comprensión de las familias.
Una pena sería entonces que muchachos como Lucas Emir Peña Pérez, de Geografía en la Manuel Ascunce; Isabela Carvajal Díaz, de Historia en José Rafael Varona; Lía Marlen Montero Ramírez, de Biología, también en Varona; Ángel Armando Herrán Santiesteban, de Química en la Fructuoso Rodríguez; o Liz Cuadrado Casacó, de Inglés y Matemáticas en José Rafael Varona, quienes resultaron los más destacados en el evento antes mencionado, no pudieran con el apoyo de sus tutores seguir adelante y convertirse en los magníficos profesores que pudieran ser.
De hecho, algunos de ellos ya son el apoyo del claustro de la asignatura que imparten en sus propias escuelas, y constituyen un gran puntal para llevar a efecto los planes de estudio de la misma en el aula, con una relación con el resto de los estudiantes y una desenvoltura dignas de admirar.
Apreciar la satisfacción y orgullo de estos maestros para con sus pupilos recuerda que persisten el interés y la voluntad por formar futuros docentes que sientan el amor y placer que causa educar, que no sean muchachos que han optado por una profesión formadora de otras y que construye sociedades solo por el hecho de no tener otra alternativa, sino porque les nace y la sienten suya.
Lograr que familias y padres comprendan que solo así tendremos los profesores que anhelamos para nuestros hijos, sobrinos o nietos, romperá una barrera que en la actualidad frustra en gran medida la motivación hacia carreras pedagógicas; ellos guían, apoyan y orientan, pero con la misión junto a las instituciones de desarrollar una formación vocacional más efectiva y que no deje al margen validar el derecho de los muchachos a decidir la profesión que ocuparán en la vida, y que la misma sea escogida desde el amor y la vocación, porque no se concibe una sociedad sin claustros bien preparados y capaces de llevar adelante uno de los mayores tesoros del ser humano: la educación.
El monitor, el mejor futuro maestro
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15.01.2024
Cuando hace apenas algunas semanas se realizó en este territorio el Festival Municipal de Monitores, se podía apreciar la satisfacción de los maestros y metodólogos presentes, así como la preparación y vocación de los alumnos que fungen como monitores de las diferentes asignaturas.
Y es que si bien son seleccionados según la materia que representa su mayor fortaleza para de ese modo, además de ayudar al profesor durante la clase en la revisión de tareas y otras actividades, apoyar también a sus compañeros no tan ágiles, significan ellos una importante cantera para las futuras generaciones de docentes.
Mas, es otra la ilusión que los atrapa al iniciarse, la de seguir ese hermoso ejemplo de sus maestros y poder estar frente al pizarrón y los pupitres enseñando a sus compañeros; y es esa una fantasía hecha realidad que con el transcurso del tiempo se convierte en la más seria de sus encomiendas........
© Victoria
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