El transporte público interurbano ha recibido una mejoría considerable con la entrada de modernos triciclos –con encargo estatal– a la capital pinera. El lote, compuesto por 20 vehículos con capacidad para seis pasajeros cada uno, llegó con centro propio de recarga fotovoltaica, de modo que no afectan el consumo de combustible convencional ni a la producción territorial de electricidad.

En poco más de un mes –en lo que pudiéramos considerar como su etapa preliminar– cerca de 50 000 personas han disfrutado de este servicio y de su módica tarifa de diez pesos por tramo de cuatro kilómetros. Esta facilidad ha ayudado a descongestionar y agilizar el movimiento ciudadano, en tanto evidencia un significativo impacto en las economías individuales de quienes recurren a la modalidad.

ACIERTOS Y DISCORDANCIAS

“El niño mío estuvo ingresado en el hospital y cuando salimos ahí estaban los triciclos, esperando, en la piquera de enfrente –rememora Yudima Jiménez–. Me llevaron hasta la puerta de mi casa en Sierra Caballos, por solo diez pesos cada uno. Y las demás personas que estaban allí, también de Sierra Caballos, las llevaron hasta sus casas por igual precio”.

Son cuatro piqueras, y cuando entrevistamos al arrendatario del triciclo número 52, René Martín, a un costado del parque de Las Cotorras casualmente cubría la misma referida por Yudima.

“Los martes rotamos de piquera –reveló–. Los de aquí vamos para Sierra Caballos, a la semana siguiente para la de El Avión y después nos corresponde Micro 70. El precio es igual de piquera a piquera, diez pesos por persona. Permanecemos solo una semana en el mismo lugar, de este modo nos beneficiamos todos, pues hay piqueras con mayor afluencia de público y otras, claro, con menor demanda”, explica el chofer.

En el mes, cada triciclo debe aportar una cuota de 3 750 pesos a la Agencia Taxi-Cuba, según lo convenido.

“Nuestros vehículos son nuevos y de momento no dan dolores de cabeza –asevera René–. Las recaudaciones van bien, cumplo con el aporte mensual y mi salario sale con bastante holgura. Suficiente para enfrentar también, como cualquier trabajador por cuenta propia, los mantenimientos y reparaciones cuando sean necesarios”.

Un detalle que, sin embargo, atenta muchas veces contra el cuidado de estos vehículos, no está en mano de sus conductores ni pasajeros. Y es que a los nuevos triciclos eléctricos se asignaron rutas específicas y no todas las vías están en las mejores condiciones.

“Hay calles y calles. La que nos lleva a El Avión, por ejemplo, está en muy mal estado. Estos carros son nuevos, pero los baches los maltratan. En mi opinión, deberían ponernos a circular por 41 que es una vía con mejor rodamiento; así no sufrirían tanto los vehículos ni los pasajeros”, resaltó.

Los triciclos eléctricos están en sus piqueras sobre las siete y media de la mañana y, en horario de verano, se retiran con el sol todavía bastante alto. “Si una persona nos solicita el servicio y es sola, le decimos que espere un poquito, para agregar al menos otro pasajero. Si se trata de una urgencia ya es otra cosa. No somos ambulancia, pero sí seres humanos. En cuanto a la terminación del servicio diario, el rendimiento de la batería depende de la zona en que trabajemos. Cuando tocan Patria o Chacón se gasta más corriente debido a las lomas y la distancia a recorrer. Hoy mismo, al llegar la hora de retirarnos -–los 20 triciclos deben estar en parqueo, refrescar baterías y comenzar su recarga, bajo custodia, a una misma hora– como estoy en la piquera del hospital, seguro que me retiro sin agotar toda mi carga disponible”.

CONTRAPESO

“Yo pagué la novatada –confiesa Yusel Matos–, venía de la Universidad y a mi lado se detiene un triciclo, de lo más amable, sin hacerle seña. “No camine, joven, que para eso estamos nosotros”, y me trajo hasta el Palmar, a la entrada de Nueva Gerona. Cuando voy a pagar, le doy los diez pesos y me dice: ‘Son 50’. Era particular, como estaba nuevo y también era eléctrico me confundí”.

Los precios de los equipos particulares distan mucho de la modalidad arrendada al Estado, para muchos llegan a ser abusivos. Sus importes son muy difíciles de pagar en medio de una economía signada por la inflación.

No obstante, los transportistas particulares tienen ahora una fuerte competencia.

“Vivo en Micro 70 y trabajo en Sierra Caballos –comenta Niurka Morales–. En ocasiones tuve que pagar entre 100 y 150 pesos para ir o regresar; ahora son diez o cuanto más 20 si tengo que cambiar de piquera. A quienes medraron con la necesidad de transportación, les llegó la hora de colgar los guantes; es mi criterio: ¡bajan los precios…o los bajan!

“Siempre aparecerán los enemigos del cambio porque no les conviene o no están dispuestos a reconocer lo bueno que se hace para beneficiar al pueblo, pero la verdad es una y no la pueden negar: en la mayoría hay satisfacción. Es el criterio que recojo cuando comparto con otros el recorrido. No será lo perfecto, pero la mejoría es innegable”.

QOSHE - La Isla se mueve en triciclos - Wiltse Javier Peña Hijuelos
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La Isla se mueve en triciclos

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04.04.2024

El transporte público interurbano ha recibido una mejoría considerable con la entrada de modernos triciclos –con encargo estatal– a la capital pinera. El lote, compuesto por 20 vehículos con capacidad para seis pasajeros cada uno, llegó con centro propio de recarga fotovoltaica, de modo que no afectan el consumo de combustible convencional ni a la producción territorial de electricidad.

En poco más de un mes –en lo que pudiéramos considerar como su etapa preliminar– cerca de 50 000 personas han disfrutado de este servicio y de su módica tarifa de diez pesos por tramo de cuatro kilómetros. Esta facilidad ha ayudado a descongestionar y agilizar el movimiento ciudadano, en tanto evidencia un significativo impacto en las economías individuales de quienes recurren a la modalidad.

ACIERTOS Y DISCORDANCIAS

“El niño mío estuvo ingresado en el hospital y cuando salimos ahí estaban los triciclos, esperando, en la piquera de enfrente –rememora Yudima Jiménez–. Me llevaron hasta la puerta de mi casa en Sierra Caballos, por solo diez pesos cada uno. Y las demás personas que estaban allí, también de Sierra Caballos, las llevaron hasta sus casas por igual precio”.

Son cuatro piqueras, y cuando entrevistamos al arrendatario del triciclo........

© Victoria


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